Al hablar del mercado se presume la existencia de competidores, que en muchos casos son más de los que aparentemente se llegan a considerar. Siempre se habla de competidores directos, como aquellos que ofrecen la misma solución a una necesidad, en cuanto a las especificaciones, el nivel de calidad y el mercado meta; sólo diferenciadas en cuanto al diseño, la marca y el desempeño particular de cada solución. De hecho se refieren teóricamente como competidores de marca. ej. KIA y Honda
Por otra parte los competidores indirectos, que ofrecen una solución dirigida a otro mercado meta, con especificaciones y un nivel de calidad diferente, se le denominan competidores de industria. ej. KIA y Mercedes Benz
Ahora si el competidor ofrece una solución totalmente diferente, pero que también puede satisfacer la misma necesidad, inclusive el mismo mercado meta, se le denomina competidor de forma. ej. KIA y Kawasaki (fabricante japonés de motos).
También existe la competencia genérica, aquella que aun no satisfaciendo la misma necesidad, compiten por una parte del presupuesto del mismo mercado meta. Inclusive una vez leí que Disney considera a toda organización como competencia, pues aunque ofrezcan productos y servicios diferentes, ellos son comparables en la experiencia de acceso y disfrute de los mismos. Es decir, la atención, la información, facturación, despacho, solución de reclamos, seguimiento posterior a la venta, etc. En este sentido se puede afirmar que se compara a una venta de zapatos, con otra de computadoras, con una operadora telefónica, con un hotel y un hospital público.
Quizás lo más importante será averiguar cuáles son las experiencias que frecuentemente vive nuestro mercado meta, para poder determinar sus alternativas de referencia y así determinar con quien podría ser comparado.
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