Comenzamos el 2008 los venezolanos con una nueva moneda, un (1) bolívar nuevo “fuerte” es igual a mil (1000) bolívares de los viejos “débiles”. En este sentido, la experiencia de comprar y vender ahora es como si lo estuviésemos haciendo en el exterior, se debe verificar el valor de nuestro mercado (hasta el 31 de diciembre), inclusive su valor en dólares y la inflación del 2007 que oficialmente alcanzó un 22,5% más específicamente la variación de precios al consumidor del último trimestre, que en diciembre fue 3,3% en noviembre 4,4% y en octubre 2,4%, para poder determinar el valor actual de algo y lo adecuado de su precio.
Aunque se informó suficientemente sobre la reconversión monetaria, es un hecho que tendrá un impacto en el mercado, en el comportamiento del consumidor y finalmente en la operación de las organizaciones. En especial esta materia resulta muy sensible, existe temor producto de la inseguridad del que cobra y el que paga. El tiempo y la práctica darán mayor confianza, pero debemos comprender la lentitud, el temor y en este sentido se debe explicar y apoyar sobre todo al cliente y consumidor que en muchos casos podrían tonarse agresivos para garantizar una experiencia satisfactoria.
Ahora resulta interesante estudiar cuál será el efecto que pueda tener este cambio en la percepción del valor que las cosas tienen para el consumidor y el cliente. Se presume generará una sensación de bienestar al percibir que se paga menos por los productos, la discusión sobre si es real o no al contrastar con los ingresos es otro tema. Pero junto al temor esto podría determinar un crecimiento o decrecimiento en la demanda. Insisto sólo el tiempo lo dirá y esta es una nueva oportunidad para experimentar y aprender en el área del marketing, pues el mercado venezolano ha pasado por situaciones como paros económicos, desabastecimiento, controles de precios entre otras situaciones que nos permiten apreciar y entender la dinámica del mercado.
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